Quimeras
Despacio,
entre el ramaje del árbol que otrora
sirviera como refugio de nuestras sombras
se escurre el tiempo sin tiempo
se diluye la aurora entre cenizas
y el sol, quema, a plomo nuestros recuerdos.
Viejos, si.
Viejos son los tiempos cuando en mis manos
dormían tus pensamientos y tus deseos
que ahogas en las sedas de tus ropas
lentamente cayeron.
Oídos mudos a tus premisas
de ser niña y convertirte mujer.
En mis brazos quedaron tus dudas
y en mi pecho tus últimos miedos.
Quizás muchos, los que mantuvieron
tu esencia fina, tu pureza altiva
murió en mi lecho.
Aunque el sol, se ha ido ya varias veces
ha regresado con resabido orgullo
a recordarme lo que un día
fue por última vez mío,
y por última vez tuyo.
Teralfa
12/jul/09
El Poema Diario
Etiquetas: El Poema Diario 2009
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