La dueña de mis años

Todo el abecedario no basta
para decirte lo que eres en mi vida,
tampoco todas las flores del mundo
quiza, vale mas decirlo en esta vida.

Madre, palabra tan dulce y tan pequeña
contrario a lo que realmente eres.
Fuerte como una roca,
pero mas dulce que la misma azucar.
No hay escuela donde enseñen esa sabiduria
ni tampoco como saber curar con un beso,
ni el abrigo mas fino abriga mejor el cuerpo
como el sentir el calor de tu pecho.

No hay caricia mas sublime que la tuya
mucho menos quien te mire sinceramente,
como lo hacen tus ojos,
que con una mirada, conoces lo que hay en mi mente.

Que mas pudiera decirte,
como poder amarte mas de lo que tu me amas,
como agradecer tanto que me has dado,
porque ni el mejor regalo se compara
con tu presencia en mi vida
con ser dueña de todos mis años.

Gracias Madre.

Teralfa