Si tuviera una Hija, le diria
Hija:
Me puedo sentar a contar las estrellas,
pero no puedo contar los besos que me has dado.
Puedo contar las gotas de lluvia,
pero no puedo contar los abrazos que me has dado.
Podría incluso contar todas las hojas de los árboles,
pero no puedo contar las caricias que me has dado.
Puedo contar las horas del día,
pero no puedo contar los segundos de amor que me has dado.
Puedo contar los pasos que hay de una distancia a otra,
pero no puedo contar los pasos que juntos hemos dado.
Puedo contar las miles de palabras que digo diariamente,
pero no puedo contar el cariño que con tu mirada me ofreces.
Puedo contar los colores del arco iris,
pero no puedo contar los colores de las alegrías que me has dado.
Hay palabras que se ocultan en mi boca,
que solo tú las escuchas.
Hay silencios que mi alma evoca,
que solo tú conoces.
Cuando pequeña fuiste,
en mis dos manos dormías.
Cuando a caminar aprendiste
mi hombro de almohada recibiste.
cuando a la escuela por primera vez fuiste,
de mis brazos no querías irte.
Y hoy que llegas a esta edad,
y que ya no corres a mi encuentro,
puedo contar ahora, cuando duermes
te he robado miles de besos.
Para mi sobrina Verito
teralfa
Me puedo sentar a contar las estrellas,
pero no puedo contar los besos que me has dado.
Puedo contar las gotas de lluvia,
pero no puedo contar los abrazos que me has dado.
Podría incluso contar todas las hojas de los árboles,
pero no puedo contar las caricias que me has dado.
Puedo contar las horas del día,
pero no puedo contar los segundos de amor que me has dado.
Puedo contar los pasos que hay de una distancia a otra,
pero no puedo contar los pasos que juntos hemos dado.
Puedo contar las miles de palabras que digo diariamente,
pero no puedo contar el cariño que con tu mirada me ofreces.
Puedo contar los colores del arco iris,
pero no puedo contar los colores de las alegrías que me has dado.
Hay palabras que se ocultan en mi boca,
que solo tú las escuchas.
Hay silencios que mi alma evoca,
que solo tú conoces.
Cuando pequeña fuiste,
en mis dos manos dormías.
Cuando a caminar aprendiste
mi hombro de almohada recibiste.
cuando a la escuela por primera vez fuiste,
de mis brazos no querías irte.
Y hoy que llegas a esta edad,
y que ya no corres a mi encuentro,
puedo contar ahora, cuando duermes
te he robado miles de besos.
Para mi sobrina Verito
teralfa
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home