Tiempo Consejero sin rostro
Tiempo tras tiempo,
voy corriendo en pos de mis sueños
ideales que se van formando a mi vera
pernoctando en el umbral de mis días.
Los consejos de a quien no son pedidos
como el tiempo son puñales,
laceraciones de palabras en heridas abiertas
de acciones de amistad enemistadas.
Tiempo, sabia virtud en nuestras vidas,
y de todos es, escondite de miedos,
consejero detrás del árbol del destino
plantado y regado con el llanto de nuestro destino.
Actuamos cual vengador anónimo con él
quitándole la recia manera de educarnos
y al cabo del tiempo, termina por graduarnos
en la maestría de los arrepentimientos.
Osamos cuales Cid de los olivos,
cambiar las veredas que nos regala
para convertirlas en vaivenes de relumbre,
y en fantasmas tras nuestras espaldas.
El tiempo como viejo padre,
aconseja siempre sin pedirlo
y a veces llega el consejo tarde,
y a veces fue tan a tiempo
que no supimos como tomarle.
Dispuesto el tiempo a darnos
las oportunidades nunca pedidas
tiene a fin perdonarnos
antes de que se acaben nuestras vidas.
Teralfa
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